martes, 31 de agosto de 2010

¿Pseudociencias? No gracias

Como ya comenté hace unos días, los dogmatismos asumen la verdad segura e indudable, y las pseudociencias, una lacra que afecta a miles de personas, se caracterizan por asumir esa verdad. Para más inri, los charlatanes que defienden esas posturas se presentan como científicos, e intentan infectar a todo aquel que esta a su alrededor con una gran retorica, y aprovechándose de la ignorancia de la gente. Constantemente, y muchas veces sin darnos cuenta, nos atacan por todos lados: televisión, radio, periódicos, panfletos... Ahora bien, si no queremos ser engañados por estas falsas ciencias, donde en muchos casos nos dan resultados milagrosos, debemos tener muy claro que es una ciencia y cual es su objetivo y, como consecuencia, resolver el problema de la demarcación, es decir, determinar que es ciencia y que no lo es.

El discurso científico se caracteriza por ser objetivo. A partir del ensayo y el error ha ido dejando descripciones de la realidad y de su funcionamiento, superando así a los mitos. La ciencia esta limitada pero, gracias a ese ensayo-error, puede llegar a una explicación mas precisa de la realidad, ya que las teorías extraídas están sometidas al análisis, a la critica y al control. Por poner un ejemplo, hemos evolucionado de una ciencia aristotélica, pasando por la newtoniana, presente en muchos casos, y llegando a la actual: teoría de la relatividad, mecánica cuántica, la teoría del caos... Así pues, y si tenemos claro esto, nos daremos cuenta que campos como la astrología, la cienciología, o la parapsicología no pueden ser considerados como ciencia.

Para entender un poquito mejor la solución a este problema, el filosofo de la ciencia argentino Mario Bunge nos da una idea de como desenmascarar a esas falsas ciencias que se autodenominan como ciencia:

  1. Raramente cambian a lo largo del tiempo y si lo hacen no es por efecto de la investigación científica sino como resultado de disputas y presiones externas.  
  2. Forman una comunidad de creyentes que se autodenominan científicos, pero no hacen ninguna investigación científica.
  3. Su concepción del mundo consta de alguna de estas cosas: a) una teoría de la realidad referida a entidades inmateriales, como pueden ser espíritus descarnados; b) una epistemologia o teoría del conocimiento con argumentos de autoridad o maneras paranormales solo accesibles a los iniciados o a los que intenten interpretar textos canonices; c) un manera de ser que, lejos de basarse en la búsqueda de la verdad, se fomenta en la defensa incondicional de un dogma mediante el engaño y la violencia, si fuera necesario.
  4. No siempre respeta la lógica, y los modelos matemáticos son más la excepción que no la regla.
  5. Trata de entidades irreales o sin pruebas de la realidad, como por ejemplo influencias astrales, pensamientos descarnados, superegos, consciencias colectivas, voluntades nacionales, ovnis, y cosas por el estilo.
  6. Añade muchos más problemas prácticos relativos a la vida humana (en particular, como sentirse mejor y como influir en los otros) y no tantos problemas del conocimiento.
  7. No buscan leyes ni las utilizan para explicar ni predecir hechos.
  8. No aceptan la crítica, y sus métodos no pueden justificarse por teorías confirmadas.
  9. Toda pseudociencia se encuentra prácticamente ajena: no hay nada semejante a un sistema de pseudociencias paralelo al sistema de ciencias.
                                               Mario Bunge. ¿Como desenmascarar los falsos científico?


Con todo esto ¿por que motivo debemos permanecer alejados de las pseudociencias? En primer lugar, hay que decir que su principal interés es hacer dinero, y como consecuencia, los primeros perjudicados son los que caen en sus manos porque pierden dinero y, en algunas ocasiones, incluso amistades. En segundo lugar,  la persona que cae víctima de las pseudociencias puede sentir una mejora, pero esto en realidad es un efecto psicológico, luego se esta engañando a el mismo y a los demás. El tercer motivo es que obstaculizan el avance científico debido a sus dogmatismos. Y por ultimo, y relacionado con las enfermedades, puede ser peligroso para la salud porque sus productos no tienen un estudio clínico suficiente.

Si alguna vez te tropiezas con alguien que te quiere dar soluciones milagrosas y fáciles, sin racionalidad ninguna, simplemente di: no gracias.

domingo, 29 de agosto de 2010

In crescendo


El último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), publicado en Julio de 2010, indica un aumento de personas no creyentes en España. Los resultados de dicho informe señalan que un 74% de los españoles son católicos; un 2,1% pertenecerían a otras religiones; un 15,2% son no creyentes; y un 7,2% son ateos. Además de estos números, también hay que tener en cuenta que del 76,1% que declararon ser creyentes (católicos y otras religiones) un 57,6 casi nunca van a actos oficiosos religiosos.

Cinco años antes, en julio de 2005, los resultados que dio el barómetro indicaron que un 78,9 de españoles eran católicos; un 1,8 eran practicantes de otra religión; un 11,1 no creyentes; y un 6,3 ateos. En esta misma encuesta, el 53% de los creyentes declaró no ir casi nunca a los actos oficiosos de sus respectivas religiones.

Podemos observar, en relación a los datos de 2005, que el numero de creyentes ha descendido un 4'6% mientras que el numero de no creyentes y ateos a aumentado en un 4,1% y un 0,9% respectivamente*.

Debo reconocer que me sorprenden un poco estos resultados, ya que me esperaba un numero mayor de no creyentes y ateos. No obstante, hay que tener en cuenta que España es un país que hace cuatro días salió de una dictadura muy dura. Una dictadura caracterizada por su unión al catolicismo más conservador, donde había una relación Iglesia-Estado. La Iglesia tenía un gran poder sobre la gente, y las generaciones que surgieron de esos 40 años creció con un lema muy draconiano: "la letra con sangre entra".

Pero también me alegra ver que a medida que pasan los años la Iglesia va perdiendo su protagonismo, y es que su factor clave es el poder. La Iglesia, y como consecuencia, su dichosa religión, a lo largo de los siglos ha querido controlar y dominar las masas, ha querido que la gente no pensara por si misma, para mantener su estatus. Pero ahora la cosa ha cambiado. Cada día vemos más noticias de la Iglesia llorando porque no recibe suficientes ayudas económicas, porqué ve como se quitan símbolos religiosos de lugares públicos, y sobretodo, porque se esta dando cuenta de que, debido a que las generaciones futuras están teniendo una educación basada en la aconfesionalidad, sus seguidores están disminuyendo.

Aún hay mucho trabajo por hacer, falta mucho camino, pero poco a poco, en España (me gustaría saber como están en otros países), la religión se esta quedando apartada de la vida de la gente.

*El hecho que el aumento sea del 5%, y no del 4,6, es que hay que tener en cuenta que en 2005 no contestó un 1.9% y en 2010 no contestó un 1%.

sábado, 28 de agosto de 2010

Escépticos y crédulos


Algo que siempre me ha llamado la atención es el poder del dogmatismo en la gente. Grosso modo podemos entender el dogmatismo como una postura que cree en la verdad segura: no se puede dudar porque no hay ningún problema en el conocimiento, ningún interrogante, ninguna duda a resolver. Y esta postura me hizo reflexionar e investigar, hasta que llego a mis manos un texto* de Mario Bohoslavsky donde critica la credulidad de la humanidad, y a la gente responsable de esa credulidad.

“Una de las reglas del hermoso juego de la ciencia dice que la razón no tiene que aceptar una cosa como cierta solo porque lo diga mucha gente, o porque la gente que lo diga sea muy importante, y que siempre hay que detenerse ante una afirmación cualquiera y dudar si es o no cierta. Naturalmente, esto obliga a ir mucho mas lento, y sopesando cada aparente verdad.

En griego, observador se dice skepticós, por lo cual la persona partidaria del análisis y observación se le llama también escéptica.

El contrario del escepticismo es la credulidad, y consiste en aceptar como verdadera, con ligereza, las afirmaciones más extraordinarias sin analizar antes la consistencia, solo por mandra intelectual, por falta de preparación, respecto a la autoridad de ciertas personas o otras razones. En la etapa actual de la humanidad la gran mayoría de las personas son bastante crédulas, sobretodo a causa de su ignorancia y falta de entrenamiento en el método científico y en las practicas racionales en general; casi todas estas personas actúan de buena fe, es decir, por convicción y no por intereses espurios.

Los verdaderos enemigos de la razón no son, necesariamente, las personas crédulas, sino aquellas personas que se benefician personalmente del hecho que otras sean crédulas. Incluso algunos de estos embaucadores son, en su fuero interno, incrédulos, escépticos: pero promueven la credulidad ajena para obtener mas dinero con sus libros, tener sus consultas llenas de gente con problemas, vender sus remedios mágicos o cobrar por su participación en la radio, televisión y prensa.

Los escépticos, que han luchado con tenacidad a lo largo de los siglos para sostener el reinado de la razón -algunos al precio de sus vidas, la mayoría a costa de la burla ajena, el prejuicio económico, la soledad- ven con desesperación como, una vez y otra, gente poco escrupulosa negocia con la credulidad ajena. Bien es verdad que la Ciencia ha avanzado, y que la gente ya no cree en algunas viejas patrañas que en otros tiempos fueron aceptadas por casi todos, cada día nacen nuevas mentiras, tonterías que son aceptadas sin pensárselo dos veces. Y lo que es peor: los modernos charlatanes, sabedores de que la razón es más fuerte que ninguna otra cosa en el universo, se disfrazan a veces de científicos, visten sus patrañas de un lenguaje exterior que imita los modales, el lenguaje científico. Pero eso no es Ciencia: es pseudociencia.”

                                             Mario Bohoslavsky. ¿Por qué somos escépticos?


*El texto lo he traducido del catalán, o sea que si hay algún error semántico, sintáctico o ortográfico mea culpa.

viernes, 27 de agosto de 2010

La Biblia ¿razón para creer?

Quién no habrá escuchado frases como: Dios existe porque lo dice la Biblia; o la Biblia fue escrita por Dios y por lo tanto Dios existe; o la Biblia tiene suficiente base solida como para creer en ella. Este tipo de "argumentos" son frecuentemente utilizados por muchos creyentes que no tienen más recursos para defender sus creencias. Existen teorías como el argumento ontológico o el cosmológico, que analizaremos mas adelante y veremos sus errores, donde el creyente puede posicionarse en una situación más racional, sin embargo, el creyente de la calle basa su creencia en la Biblia y lo que ello supone: creer en milagros, tener fe, aceptar los dogmas.

La historia, como ciencia que es, utiliza un método basado en la experimentación y observación, como también en la documentación y en las encuestas. Esto quiere decir que para aceptar una teoría histórica como real tiene que haber suficiente información que hable de ello y no se contradiga. Y los hechos bíblicos carecen de dicha información. Cuantos historiadores han hablado sobre los hechos bíblicos? Muy pocos, los podríamos contar con los dedos de las manos, y además no se ponen de acuerdo, es decir, se contradicen. Si sabemos, por ejemplo, que Napoleón existió es porque tenemos muchos documentos que hablan de él, porque aparece en el registro histórico, porque la gente que ha escrito sobre él coinciden en un gran porcentaje (luego puedes estar de acuerdo o no que te guste). Tanto es así, que hoy en día en filosofía incluso se discute la existencia de Sócrates, filosofo de la antigua Grecia, porque todo lo que sabemos de él fue escrito por otra persona. De Sócrates no conservamos nada, es gracias a los 35 diálogos de Platón que conocemos su filosofía, pero ¿reaalmente existió Sócrates o es un invento de Platón? Y el problema de la biblia, entre otros, es que sus hechos, muchos de ellos contradictorios, no están corroborados, y por este motivo no es racional creer en Dios basándose en la Biblia.

Pero además del problema histórico que tiene la biblia, el recurrir a ella como demostración de la existencia de Dios sea cae en otro error, y es el de hacer un razonamiento lógicamente invalido. Decir: "Dios existe porque lo dice la biblia, y la biblia fue escrita por Dios" es caer en una falacia de petición de principio, donde P demuestra Q, y Q demuestra P, es decir, es como un perro cuando se muerde la cola, y por lo tanto el argumento utilizado es invalido.

Queda claro, pues, que recurrir a la Biblia no es el mejor método para demostrar la existencia de Dios. Ahora bien, si tu quieres creer que un ser humano puede nacer de una virgen o que se puede separar el mar en dos, eres libre, pero no vengas a la puerta de mi casa a joder!


"Ahora se suele criticar a la televisión por transmitir tanta violencia, cuando más cruel ha sido la Biblia: en sus páginas se come a niños, se llama a matar a los enemigos, se queman casas, se sacan los ojos a los hombres. Los dueños de la televisión moderna no han inventado nada nuevo"
Ryszard Kapuscinski periodista y escritor polaco

jueves, 26 de agosto de 2010

Cuestión de definición?

Poco o nada se habla de una postura que concede mucha importancia al concepto de Dios, esta es, el ignosticismo. ¿Que es o que se entiende por Dios? Uno de los principales problemas que hay en el momento de discutir sobre la existencia de Dios es que no hay un definición universal aceptada.

Por un lado, nos podemos encontrar con una definición donde se nos presenta a Dios como un ser todopoderoso, creador del universo, omnipotente, y presentado como un ser personal. Religiones como el islam o el cristianismo atribuyen esta definición a un solo Dios; y religiones politeístas como la griega o la hindú creen en varias deidades. Y aunque la característica principal sea semejante, un ser personal, la diferencia entre cada una de ellas es significativa. En las religiones politeístas, donde creen en la existencia de varios dioses, un dios puede llegar a tener forma de animal, se le pueden atribuir fenómenos como los rayos, los truenos, la lluvia etc., incluso pueden controlar el nacimiento y la muerte. En cambio, en el deísmo la relación que hay entre Dios y el universo no es directa.

Por otro lado, otra manera de entender a Dios es la de creer en él, no como un ser personal sino como una idea (cosa que hace pensar que es una rama más del ateísmo). Así, por ejemplo, el panteísmo entiende que el universo y Dios es lo mismo. La única realidad es el mundo, y esa realidad es Dios, pero no como un ente sobrenatural.

Como podemos observar hay una amplia gama sobre la definición de Dios, y es aquí donde interviene el ignosticismo. Según esta postura, antes de poder decir "Dios existe" o "Dios no existe", hay que aclarar el concepto de Dios. Entonces, tanto el creyente, como el ateísta como el agnóstico están incurriendo en la falacia de la pregunta compleja, porque presuponen saber el significado de algo donde no todos están de acuerdo, y no es aceptado por todas las personas implicadas.

Con todo esto, ¿es valido el razonamiento ignostico? Y si aceptamos como valido este razonamiento ¿cualquier debate que se haga entre un creyente y un ateo es invalido?

Prologo

La idea de este blog no es otra que la de analizar las teorías que hablan sobre la existencia de Dios, y si se puede demostrar su inexistencia. A esto, también hay que sumar todo lo que le rodea, es decir: las diferentes creencias, el ateísmo, el agnosticismo, teorías filosóficas. Esto va hacer que este blog se convierta, también, en un repaso a la historia de la filosofía y de la ciencia, porque para conocer el presente hay que conocer el pasado. En fin, los temas de debate en este blog serán muy amplios, y esto solo es una pequeña introducción de lo que se hablara en este blog. Lo que si es bueno avanzar de antemano, es que este no es un blog que da soluciones cerradas e imposible de refutar. Todo lo escrito esta dispuesto a la critica pero siempre desde el respeto, sin falacias ad hominem o ad baculum.